Eran las 6:30...
..y me levanté
contra
mis principios,
fue raro hacerlo.
También me duché, me vestí y desayuné
violando mi calma rutinaria,
para que más tarde mi credo vuelva a menguar en mi mente.
Dicen que una vez al año, no hace daño, pero ya van dos, o tres.
Nunca se me dio bien contar.
Cosas como estas me hacen sentir estúpida, o quizás me hacen parecer
más ridícula de lo normal…
Puedo hacer creer que me da igual, e incluso mentirles…
pero yo sigo sin tragármelo.
Ahora escucho las mismas conversaciones, desatiendo los gritos faltos de correspondencia y noto los nervios bailando en mi ombligo…
Una vez más, como anoche, cuando la pequeña idiota apostó por todo y al fin y al cabo… por nada.
ño...
ResponderEliminar