3.4.11

Hay un momento en la vida en el que te caes del cocotero y toda la polvacera te cae sobre la cabeza.

Saltas, amortiguas la caída con un par de colchones pero se te entierran los muelles y no te quejas por orgullo o por valentía, que se yo. Te gusta la sensación de la adrenalina y te ríes al ver la cara de estúpida que se te queda cuando te das cuenta de que desde arriba todo parecía más inquietante. Te sorprendes y te vuelves a reír... ¿Que más da? A estas alturas no vas a volver a subirte a la palmera, ¿no?

Lo bueno de todo es que siempre hay alguien que te sacude la basurilla de la cabeza y te dice, ‘’mira que te lo dije… precipitarse no es bueno’’. Hacerlo si, pero hacerlo bien. Palmadita en la espalda y tardes primaverales en el Siete. Y un bofetón del destino que nuevamente se descojona cuando le cuentas tus planes.

1 comentario:

  1. jaja me ha encantado tu entrada el final me ha hecho reir xD
    un besazo guapaa ;)

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bocanada de aire!