Hay conversaciones que te llegan a lo mas hondo. No importan que se den en un kebbab regentado por argentinos y que en el techo hayan nubes pintadas y enredaderas colgando. O que tengan una cerveza y un cigarro entre manos o un paquete de pipas, da igual.
No hace falta que participes en esa conversación, solo basta con oírlas hablar. Puede que lo que digan ahora dentro de un par de años no tenga mucho sentido, pero eso significará que seremos pimientos mas rojos y pronto seremos arrancados de las ramas para acabar entre la lechuga y la zanahoria rallada. Porque sí. La conclusión de hoy es que somos como pimientos que vamos madurando. Mucho o poco, lento o rápido…
Y nadie siente ni condolencia ni lástima por los pimientos amarillos que cuelgan de un tallo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
bocanada de aire!