Mientras otro domingo me deja en la estacada a las cuatro de la tarde me acuerdo de las cucharadas de adrenalina que me chutaba de vez en cuando, que pena no haberme guardado un poco para estos momentos de extrema miseria mental y ¿por qué no? carnal también, que ya que estoy, tiro la casa por la ventana.
Y es cuando pienso (y solo pienso) que echo de menos ese amor de catálogo los días de guardar y los domingos sin plan.
Podría decirte que si, que me encanta que me hables de tus cosas esas de las
que siempre hablas, que es verdad… que me gusta.
Podría decirte que me des un paseo en coche y que maravilloso es todo. También te diría, ay mira que bien me lo paso jugando con el resorte de esta libreta, pero es que ahora mismo me lo pasaría mejor jugando con las sábanas, y no precisamente haciendo de fantasma.
Ha estado bien hacer negocios contigo. Lo bueno es que ninguno nos llevamos comisión.
Un placer.
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bocanada de aire!