Vale, es sábado y son las seis y dieciseis cosa así. Quedan diecinueve días y seis horas con cuarenta y tres minutos para cumplir los ansiados, y escabrosos veinte años, ochena días para decír adiós a este año que empezó con un colocón de alegría descomunal y cuatrocientos treinta y tres días para el supuesto fin del mundo en el que todos moriremos y no se sabrá ni quién fue bueno, ni menos bueno.
Dejando a un lado el abrumador dramatismo del fin de los tiempos y dado que hoy ha sido un día netamente hueco, me pregunto algo que llevo varios días dándole vueltas...¿ realmente, lo he hecho tan mal? no mal, en el sentido de catástrofe.. sino mal refiriéndome a mí misma. No es por nada, si no porque echando la vista atrás en este año me he llevado más disgustos que alegrías, he destapado y tapado la caja de pandora a mis anchas y lo peor de todo, no he llorado ni una sola vez ( bueno, una sí, pero es que se me hacía imposible creer que ella no volvería a pedirme que le pintara las uñas, y otra cuando creí que le perdería a él sobre la cama de un hospital).. con lo llorona que soy. Quizás será porque esos ''disgustos'' no me hayan cogido con tanta sorpresa como esperaba, o simplemente porque me he pegado la torta del siglo tan rápido que no me ha dado ni tiempo de darme cuenta.
''Venga, no es para tanto mujer.. piensa en las cosas buenas que te han pasado en este año''
La verdad es que si.. han habído momentos que no cambiaría ni por mil vueltas en un colchón, ni en coche, ni en noria...
Pero seguiré quedandome con el resquemor de haber sido una mala persona, una mala hija, una mala hermana, una mala amante y una pésima amiga.
Me quedo con eso y con que ya no escucho baladas de amor los domingos insanos sin plan aparente.
Sinceramente, me dejas sin palabras, hacia tiempo que no leía algo tan profundo tuyo, me recuerda a tus viejos tiempos de escritora. Es perfecto...pero no has sido una mala amiga, por lo menos no para tod@s :)
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