Al fin y al cabo, no está tan mal.

A los que bailan, a los que se ríen por todo y por nada, a las que lloran los días de fiesta, a las que esperan a que él vuelva con el rabo entre las piernas pidiendo perdón después de haberse limado los cuernos y a los que no logran olvidar por muy incesantes que sean. A los que siguen sin perder la mala costumbre de lamentarse.. a los que se reinventan y a los que se pasan las horas volando cantando.
A los que empiezan y a los que acaban también. A las que le gustan los gatos y las naranjas y se desvelan noche si, noche no.
A los que tienen más de cien motivos para no cortarse de un tajo las venas. A los que compran tiritas extragrandes y a los que ni siquiera se merecen medio saludo. A los que les gusta el chocolate, los langostinos, las arbejas o las alcachofas y a los que nunca pidieron perdón.
Por aquellos que tienen un par para morder el momento sin pensar en replesarias y a los que les pesa el tiempo que pasa y cuentan unos cuantos de cuentos al vecino de enfrente. A los que se instalan detrás del tiempo y a las que buscan hasta debajo de las piedras un amor que le de besos en la frente antes de dormir. A los que simplemente buscan un ‘buenas noches’. A las que nunca se quieren bajar de los coches y a los que se van a a ver aviones. A los que se son reacios a todo y a los que solo se quedan con lo malo de las cosas. A los que se enfrentan a verdades y realidades que duelen, que desangran, que taladran…
A los que les gustan estas pajadas y las pajas. A los que aman al amor enrevesado cursi y vomitivo y a mí que reniego de ello. El mundo se acaba en unos meses…menos san valentones y más besos.
Chin-chin. ( no se brinda con cerveza que hace frío.. con capuccino)




‘’Y llena dos copas, que tú y yo vamos a brindar’’