Y hay que saber, que no todo el mundo tiene la misma perspectiva de las cosas, así mismo que no todas las fotos del atardecer que saco desde mi balcón son iguales.
Quizás para una persona lo que parece un mundo para otra es una motita de polvo y al revés. Hay gente que cree que la vida es un baile y hay otros que se niegan a mover los pies, y así con todo.
*
Llevo días dándole vueltas y es que me ha llevado tiempo llegar a este punto, sé que no es fácil de entender. Quizás parezca que no soy más que una cobarde y que escojo el camino fácil, que huyo de mis miedos y rompo con todo para no tener que enfrentarme a ello.
Pero en este punto de la vida, para mi, lo fácil es retroceder. No niego que siento anhelo, tanto que a veces desearía despertarme y que fuera el verano pasado, o mejor, 2018. Ese si que fue un buen año. Qué felices fuimos y cuántos sueños vimos cumplir.
Y es que para mi, lo verdaderamente difícil es enfrentarme a lo nuevo, verle la cara a miedos que no sé que forma tienen ni de que tamaño son.
Y créeme que me esfuerzo en derribar ese muro de hormigón.
Eso es lo difícil.
Eso, y controlar mi autocontrol.
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