indiferente

al filo de la desesperación

me duelen los besos ausentes.

pienso que no es desesperanza,

solo desesperación.

desesperante la espera,

más cuando la que espera desespera.

solo espera pasárselo bien.

me hice costra a mi misma. 

se me ablandó metida en el charco

entre riscos y piedras,

musgo y desdén.

se eclipsaron las tardes de simpleza 

con el cuerpo en horizontal

por las curvas que suben y bajan,

sin yo quererlo, sin querer.

me creo algo que no soy,

o más bien soy algo que no me creo.

porque la pretensión se me encasquilla,

como el gatillo que me empeño en pisar.

encasquillado con balas mojadas.

rifle sucio.

manos cojas.